Oviedo

Oviedo, centro de turismo cultural, cruce de caminos, El Camino de Santiago, y la Ruta de la Plata; gran patrimonio monumental, importante oferta museística que recoge la práctica totalidad del patrimonio histórico-artístico asturiano. Oviedo es hoy una ciudad abierta y moderna de gran proyección internacional a través de los Premios Príncipe de Asturias y el hermanamiento con ciudades de todo el mundo.

Oviedo es la capital del Principado de Asturias y entre sus atractivos turísticos podemos destacar el Casco Antiguo, con la Catedral y su Cámara Santa, el Teatro Campoamor, foro de muchos acontecimientos culturales de la ciudad: ópera, festivales de música, ciclos de cine, exposiciones, además de los ya mencionados Premios Príncipe de Asturias, y el reciente Auditorio Príncipe Felipe, entre otros. Del impresionante patrimonio monumental destacaremos Santa María del Naranco, San Miguel de Lillo y San Julián de los Prados declarados Patrimonio de la Humanidad.

El nacimiento de Oviedo se documenta en el año 761, cuando el presbítero Máximo y su tío el abad Fromestano y un grupo de siervos se establecen en una colina llamada Oveto y erigen una basílica dedicada a San Vicente. 20 años después, con el presbítero Montano y 25 monjes más, fundan el monasterio de San Vicente, en el solar en el que aún hoy se mantiene el viejo edificio, hoy destinado a Museo Arqueológico de Asturias. En esa época, el rey Fruela I fundó allí una primera iglesia dedicada al Salvador y un palacio. El llamado rey Casto, Alfonso II dotó la ciudad de varias iglesias y un palacio, unas defensas y un acueducto. Instaló aquí su corte y fundó un obispado. Tras la muerte de Alfonso III en el año 910, la corte se traslada a León, quedando Oviedo como ciudad episcopal. Fueron años de fervor religioso, y al calor del movimiento de peregrinación se fue consolidando un grupo burgués, que impulsará el comercio, la artesanía y el mercado, elementos básicos del desarrollo urbano, todo ello rodeado de una muralla. Durante la Edad Media, las peregrinaciones a San Salvador continuaron siendo el elemento dinamizador de la vida ovetense, sobre todo en el mes de septiembre con motivo del jubileo o perdonanza. A lo largo del siglo XVI diversas iniciativas de orden social, cultural o religioso, hubieron de buscar fuera del recinto murado el espacio necesario para su desarrollo: el convento de Santo Domingo (1518), el edifico de la universidad (1608), el ayuntamiento, el Patio de comedias…

Durante la Edad Moderna, Oviedo se convierte en el centro político del Principado. Se construyeron, por ello, numerosos palacios o casa señoriales a lo largo de los siglos XVII y XVIII, que constituyen hoy una parte primordial del patrimonio monumental ovetense: palacio de Camposagrado, palacio de Miranda-Heredia, palacio de Toreno, etc.

El siglo XIX nos trae el recuerdo del levantamiento contra los franceses en 1808. Fueron sucesos de alcance político que en nada alteraron el desarrollo urbano ovetense. Sí incidirían en éste otros hechos: la designación como capital; la desamortización, que liberó gran cantidad de suelo urbano hasta entonces en poder de la Iglesia y monasterios; la instalación de la Fábrica de Armas y otros centros fabriles. Es entonces cuando surge la necesidad de romper el cerco de la muralla. El gran ensanche se produciría al unir las carreteras de Castilla y Galicia. La construcción de la calle Uría para unir la ciudad con la estación trajo como consecuencia el polémico derribo de roble centenario, El Carbayón, cuyo nombre ha sido asumido como gentilicio por los ovetenses.

En el siglo XX, Oviedo fue eco de las tensiones sociales que agitaban las cuencas mineras y las zonas fabriles. Vivió la Revolución de Octubre de 1934 y padeció un cerco de 15 meses durante la Guerra Civil. Tras la Guerra se densifica el casco urbano y surgen nuevos barrios para trabajadores en los alrededores. En la última década se han peatonalizado numerosas calles del núcleo histórico y se han reorganizado diversas plazas.

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